Queremos recordar una experiencia del pasado que ilustra un caso similar que se vivió en el club y que los memoriosos recordaran.
Hace unas décadas atrás, una administración decidió contratar un gerente general, que era muy allegado al ambiente de tenis e íntimo de varios de los socios de ese momento, por lo que parecía ser la persona indicada por experiencia y conocimiento del medio, para gerenciar el club.
Todo anduvo bien por varios años, hasta que por desavenencias con la CD se sintió despedido y le inicio un juicio al club.
El mismo tuvo fallo favorable al demandante, por lo que el club se encontró obligado a pagar una importante suma de dinero.
Plasmada esta realidad y ante la obligación concreta de reunir los fondos para hacer frente a esta obligación, empezaron a elevarse justos reclamos por parte de la mayoría de los socios, preguntándose por que ahora ellos tenían que hacerse cargo de tan gruesos errores cometidos por dicha CD, al haber hecho una contratación irregular e irresponsable, dejando al club expuesta a semejante contingencia.
El entonces presidente que había sido el principal aval e impulsor de la mentada contratación, se sintió afectado por este justo reclamo, por lo que decidió hacerse cargo personalmente de las costas generadas por dicho juicio, como forma de compensar semejante error.
Este ejemplo entre otros es una de las principales razones por las cuales esta administración ha sido tan insistente con que las contrataciones de colaboradores fueran siempre dentro de lo que marca la ley para no crearle futuros inconvenientes a los socios, que son quienes finalmente tienen que pagar los platos rotos.